El equilibrio está en ser tanto optimista o pesimista, dependiendo del tema y del momento. Y no me preguntéis por qué, si no para qué. Pues para poder reaccionar y dar respuesta a nuestro análisis de lo que pasa por ahí afuera.
Ayer leí en el periódico del ayuntamiento de Bilbao que recibo gratuitamente todos los meses un buen artículo sobre el libro del "Elogio del pesimismo". El pesimismo "sano" también es bueno.
Supongo que combinar tanto el optimismo como el pesimismo en su justa medida nos da a la personas realista.
pesimismo.
(De pésimo).
1. m. Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable.
2. m. Sistema filosófico que consiste en atribuir al universo la mayor imperfección posible.
(De óptimo).
1. m. Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
2. m. Doctrina filosófica que atribuye al universo la mayor perfección posible.
P.S.: aprovecho para agradecer al consistorio bilbaino que me haya enviado siempre el periódico, no importe donde viviera [Alemania, Vitoria, Otxandio, Etxebarri] sin ningún tipo de burocracia. Un periódico que me ha acercado siempre a mi querida ciudad, tanto cuando he estado lejos, como cuando he vivido en ella.
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