Este pasado jueves estábamos la familia al completo esperando en el aeropuerto de Bilbao a la prima titiritera de Purenomori-san. A todos aquellos que llegan fuera de la UE, la banda en la que dejan las maletas es diferente de los que llegan de la UE, en una zona separada por un vidrio. Si no lo sabes, puede ser que te quedes con cara de tonto esperando a las maletas. Y si no hablas español, ya sé que los que están para ayudar no te entenderán ni se explicarán muy bien... lo digo por experiencias vividas de cerca.
Con toda esta información de partida, me fui a la puerta de salidas, llamé al encargado y le pedí que cuando el grupo de japoneses estuviera junto a la cinta marcada para el vuelo de Frankfurt, les avisara de la otra zona donde debían esperar. El chaval en cuestión me dijo: "Tú tranquilo, que cuando lleguen, les avisará mi compañero."
Voy y me lo creo... El típico error en los que caigo gracias a mi predilección por la confianza.
Por supuesto que ni les avisaron y lo tuvieron que ver ellos mismos (gracias a que sus paquetes eran muy grandes y se vieron rápidamente en la cinta de paises fuera de la UE).
Y luego me preguntan: ¿Por qué en España hay tanto desconfiado? ¿Por qué los mercados desconfían de España? ¿Por qué sois tan poco transparentes?
Un gran círculo vicioso que se adentra de lleno en la historia y culturas de la península ibérica.
En la última semana he leído una seríe de artículos que me han ayudado a dar una respuesta (por ahora bastante parcialmente) a estas preguntas, y que quiero compartir con vosotros:
- Qué pasa con la innovación en España: no invertimos en tener cabezas pensando como ser excelentes... así difícil salir limpiamente de esta crisis, que no hace más qué crecer.
- El aborregamiento de la sociedad española o "La construcción cultural del fascismo". Un muy interesante texto sobre una figura muy conocida hoy en día en España, cuyo nombre no quiero ni citar, que no representa y da voz a las clases populares, si no que las enardece para que sigan calladas."
- La solución: "Cambiar el modo de ser". Culturalmente estamos retrasados respecto a los países centro- y noreuropeos. Esto nos genera la desconfianza, la reacción negativa ante los problemas y no pensar con perspectiva ante los problemas. Así pues, tenemos que cambiar algo tan gordo como la cultura. Lo veo muy difícil sin grandes revoluciones.
Yo no estoy nada tranquilo... aunque sigo siendo alguien confiado, cada día estoy más alerta.
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