31 de diciembre de 2010
Chillida Leku omenez
Este blog pretende ser una descripción del andar de un aprendiz de go para entender el mundo.
Este aprendiz tiene sus raízes en el País Vasco y mañana nos despertaremos con un proyecto que la crisis a obligado a que se pare: el museo Chillida Leku.
He estado un par de veces en Chillida Leku y me he llevado siempre un grato recuerdo de el mismo y de la obra de Eduardo Chillida.
Me atrae mucho su visión del mundo, buscando el espacio dentro de la materia y la armonía de Bach en la escultura y en el dibujo. Pero también me he encontrado siempre muy a gusto con su sensibilidad hacia el sentir de la tierra. Hoy he leido un artículo con una cita de Don Eduardo que me ha gustado mucho, porque muestra mi sentir respecto a las identidades y pertenencias:
«Yo soy de los que piensan, y para mí es muy importante, que los hombres somos de algún sitio. Lo ideal es que seamos de un lugar, que tengamos las raíces en un lugar, pero que nuestros brazos lleguen a todo el mundo, que nos valgan las ideas de cualquier cultura. Todos los lugares son perfectos para el que está adecuado a ellos y yo aquí en mi País Vasco me siento en mi sitio, como un árbol que está adecuado a su territorio, en su terreno pero con los brazos abiertos a todo el mundo. Yo estoy tratando de hacer la obra de un hombre, la mía porque yo soy yo, y como soy de aquí, esa obra tendrá unos tintes particulares, una luz negra, que es la nuestra».
Las culturas de cada tierra esconden tesoros preciosos que deben ser compartidos. Pero para compartir hay que sentir. Por ello, nunca me he sentido a gusto con los desarraigados. Sin raíces propias no somos capaces de poder entender las raices de los prójimos. Y el respeto basado en ese entendimiento el que nos debe llevar a la paz.
Mila esker, Chillida jauna.
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