Ayer vi la película "Silencio" de Martin Scorsesse. Me gustó y he aquí unas reflexiones al respecto.
[Nota: mis comentarios pueden estropearle a alguien la película, si no la ha visto antes.]
1) Reflexión sobre el Kido
¡En la película parece un goban! (Al final, un goban negro del hijo adoptivo con la partida en curso.) Pequeña muestra de lo que es auténticamente japonés (cuando el personaje se ha introducido en la cultura nipona, es de cajón que juegue al go) .
2) Reflexión filosófica-estética
Oír la voz en el silencio. Bonita frase para resumir la frustración de quien espera una señal divina y, tras mucho silencio, después de episodios rayando la locura, siente cómo Dios siempre ha estado ahí, cuidando de uno, dentro de nosotros. La voz en off que se oye en el momento clave de la apostasía del personaje principal es preciosa. (Aunque yo la hubiera ralentizado algo más.)
3) Reflexión histórica
Sin duda, la estrategia política del Shogun Tokugawa fue eficiente. Estudiaron la fe católica y protestante para ver sus debilidades y prepararon el "veneno" para que no enraizara en Japón.
Japón ha demostrado y sigue demostrando que cuida mucho sus valores culturales y sociales (son el país con menor tasa de inmigración: aprox. 2℅). Leyendo "La espada y el crisantemo" me ha hecho ver cómo los japoneses llegaron a ajustar el budismo a su modelo de jerarquía social en la que "cada uno debe ocupar el sitio que le corresponde". La filosofía cristiana de amor fraterno y universal con la promesa del paraíso era algo muy atractivo para los sufridos agricultores del periodo Edo. Y por ello peligroso para las clases dominantes de la época. Si dejaban que el cristianismo entrara por esa puerta, a continuación vendrían las "cuatro concubinas estériles" a colonizar el país (España, Portugal, Holanda e Inglaterra).
Nota final: estoy escribiendo todo esto en un avión. Mi compañero de asiento tiene la música (si se le puede llamar música al chunta-chunta que oye) a tope con sus auriculares y ¡está durmiendo! Extraños tiempos los que vivimos.
[English version]
Yesterday I saw the movie "Silence" by Martin Scorsese. I liked it and have some thoughts on it.
[Note: My comments may spoil someone's movie, if you have not seen it before.]
1) Reflection on Kido
There is place for a goban in the movie! (In the last scenes, a black goban of the adoptive son with the game in progress.) It's a small sample for what it means to be authentically Japanese (when someone has been introduced in Japanese culture [of the Edo period], it is a mus to play go).
2) Philosophical-aesthetic reflection
To hear the Voice in the silence. Nice phrase to sum up the frustration of those who expect a divine signal and after much silence, after episodes bordering on the madness, feels like God has always been there, taking care of one, inside us. The voice-over that is heard at the key moment of the Father Gonzales' apostasy is precious.
3) Historical reflection
Undoubtedly, the political strategy of the Tokugawa Shogun was efficient. They studied the Catholic and Protestant faith to see their weaknesses and prepared the "poison" so that Christianity did not take root in Japan.Japan has demonstrated and continues to demonstrate that they take great care of its cultural and social values (it's the country with the lowest immigration rate: approx 2℅). Reading "The Sword and the Chrysanthemum" has made me see how the Japanese even adjusted Buddhism to its model of social hierarchy in which "everyone should occupy his rightful place." And the Christian philosophy of fraternal and universal love with the promise of paradise was something very attractive for the suffering farmers of the Edo period. And therefore dangerous for the ruling classes of the time. If they allowed Christianity to enter through that door, then the "four barren concubines" would come to colonize the country (Spain, Portugal, Holland and England).
Final note: I'm writing all this on an airplane. My seatmate hears music with his headphones (if you can call it music to this "chumpa-chumpa") and he's sleeping! Strange times we live.
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