4 de octubre de 2009

Nuevo tema: identidades

De siempre me ha intrigado el tema de las identidades. Todo empezó cuando inicié mi periplo en el colegio alemán ya en párbulos, con mis primeros contactos con una cultura diferente. Después tuve algunos pequeños viajes a diferentes páises, mi residencia en Alemania durante casi 6 años, el trabajo en y con empresas extranjeras (especialmente teutonas) y finalmente, pero más radical, el encuentro con la cultura japonesa a través de Purenomoriさん.

Todos estos encuentros y roces con culturas diferentes me han hecho descubrir muchas cosas, pero especialmente dos: de dónde vengo y cómo enriquecerse aprendiendo a ver el mundo de formas diferentes.

El tema este de las identidades es siempre muy complicado de atacar, sobre todo porque está teñido del rojo de la sangre de muchas personas que han muerto debido a "la locura que incita a los hombres a matarse entre sí en el nombre de una etnia, lengua o religión".
Esta cita es de un libro que hace ya unos cuantos meses, mi tío Juan B. me recomendó: "Identidades asesinas" de Amin Maalouf.


Es curioso, que últimamente me he encontrado este tema en los blogs... será porque los blogs que leo tienen que ver con él... Tanto Noraさん como en el blog en el que participa Jaime.

Bueno, pues me acabo de leer una parte del libro de Maalouf, que es excelente:
"La cordura es una estrecha senda que discurre por la cresta de una montaña, entre dos precipicios, entre dos concepciones extremas. En el caso de la inmigración, la primera de esas dos concepciones extremas es la que ve el país de acogida como un libro en blanco en la que cada cual puede escribir lo que quiera, o, peor aún, como un solar desocupado en el que cada cual puede instalarse con armas y bagajes, sin cambiar lo más mínimo sus gestos ni sus costumbres. En la otra concepción extrema el país de acogida es ya una página escrita e impresa, una tierra cuyas leyes, valores, creencias y caracterìsticas culturales y humanas ya se habrían fijado para siempre de manera que los inmigrantes no tienes mas remedio que ajustarse a ellas.

[...]
habrá quienes seguirán obstinándose, pero los que tienen sentido común darán un paso adelante hacia el evidente terreno del punto medio, es decir, que el país de acogida no es ni una página en blanco ni una página acabada, sino una página que se está escribiendo.
[...]

En el planteamiento que yo suscribo hay constantemente una exigencia de reciprocidad, que es a un tiempo desea de equidad y deseo de eficacia. Es ocn ese espíritu con el que me gustaría decirles, primero a los "unos": "cuanto más os impregnéis de la cultura del país de acogida, tanto más podréis impregnarlo de la vuestra."; y después a los "otros": "cuanto más perciba un inmigrado que se respeta su cultura de origen, más se abrirá a la cultura del país de acogida."

Son dos "ecuaciones" que formulo de un tirón, pues "se sostienen entre sí", inseparablemente, como un un taburete de tres patas."

Finalmente, el libro Shibumi, del que ya he hablado (ver etiqueta ad hoc), también toca mucho este tema, pero eso lo comentaré otro día.

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