De forma privada, Jontxu me ha indicado que me olvide del fútbol y me dedique a otras cosas, como presentarme a otros eventos, en los cuales (hace 10-15 años, en mi años mozos en Karlsruhe y Siberia-Gasteiz), hubiera tenido éxito.
Si es que estos finlandeses no tienen vergüenza, ¡hasta dejan que gane un francés! El próximo año, ¡ahí voy!
En este libro, del cual ya hemos hablado antes, el personaje da figura a un tipo de filósofo-guerrero, lo cual es muy curioso para un occidental, pero seguro que no tanto para una persona oriental.
Las citas al respecto:
Definición de shibumi (la parte filosófica): "Shibumi alude a un gran refinamiento fundamental bajo una apariencia corriente. Es un concepto tan correcto que no tiene que ser audaz. Tan sutil, que no tiene que ser bonito. Tan verdadero, que no tiene que ser real. Shibumi es comprensión más que conocimiento (*). Silencio elocuente. En el comportamiento, es modestia sin recato. En el arte, donde el espíritu de shibumi toma la forma de sabi (**), es elegante simplicidad, brevedad articulada. En la filosofía, en la que el shibumi emerge como wabi (***), es un sosiego espiritual que no es pasivo; es el ser sin la angustia de la conversión. Y hablando de la personalidad de un hombre es..., ¿cómo podría explicarse? ¿Autoridad sin dominio? Algo parecido..."
(*) Nota: esto me recuerda al go, en el que para aprender a jugar, no es tanto el conocimiento, si no la comprensión. Se trata más de ver que pensar. (**) 寂; soledad, vacío, tristeza. (***) わび; sencillez y quietud estética.
Experiencia mística: el personaje tiene el don no perdido del "reposo" místico (otros lo llaman "éxtasis"). Al parecer todos tenemos este don de niños, pero nuestra educación nos lo hace perder o no encontrar. Esta experiencia se describe en una conversación larga con el maestro de go, de la cual rescato este apartado: "- No me convierto en una unidad con todo, sino que vuelvo a ser unidad con todo. [...]- Considero que el tiempo que pasa en el reposo es el normal. El otro tiempo como ahora..., provisional, y..., sí, disminuido."
Reflexión sobre el filósofo-guerrero oriental "- [...]Nosotros, en Occidente, estamos de acuerdo con la imagen del sacerdote guerrero, el cientifíco guerrero, hasta con la del industrial guerrero. Pero, ¿el filósofo guerrero? No. Ese concepto irrta nuestro sentido de la propiedad. Hablamos de "la muerte y la violencia" como si fuesen dos manifestaciones del mismo impulso. De hecho, la muerte es totalmente lo contrario a la violencia, que siempre está relacionada con la lucha por la vida. Nuestra filosofía se concetra en conducir la comprensión, y tú [el filósofo-guerrero Hel] buscas la dignidad. Nosotros aprendemos a apoderarnos. Vosotros a liberar. Incluso la etiqueta de "filósofo es errónea, pues mientras nuestros filósofos siempre han tenido el anhelo de compartir (en realidad de imponer) sus puntos de vista, a vosotros os basta (quizás egoístamente), con crear vuestra paz interior particular y aislada. [...] A propósito, ¿cómo va creciendo tu jardín? - Está lográndose. - ¿Y eso significa? - Que cada año es más sencillo."
Para finalizar, y aunque se trate un poco de otro tema, hace unos días leí una bonita cita de Jaime respecto al origen de la crueldad de los villanos (entiendo por villano a los dictadores): "La crueldad no es fruto del desprecio que se aparenta, sino del miedo que se disimula; la intransigencia no surge de la convicción, sino de su falta." ¡Gracias Jaime!
¿Dónde están los políticos que deberían regular el sinsentido?
Veáse noticia última procedente del uno de los países europeos con mayores problemas económicos y sociales... Uno quiere trabajar con cierto sentido de la responsabilidad, pero hay días en que mejor mandar todo a paseo e irse a una isla solitaria a vivir...
Ah, y he aquí una contradicción: yo, ayer por la noche ¡viendo el partido del Barça en televisión!
Jaime comentaba en la anterior entrada sobre "la renuncia", que para renunciar a algo estemos bien motivados: un artículo en El Correo me ha renovado la motivación, criticando el progreso, como "Una religión que deposita sus esperanzas salvíficas en el aumento de la renta por habitante." Me motiva leer frases como:
"El problema en la 'aldea global' radica en que las expectativas de esos desheredados ya no se fijan tomando como referencia a sus vecinos ricos, sino a la opulencia que ven a diario en la televisión. Su frustración se agrava al constatar la fragilidad de sus Estados, incapaces de liberarse del patronazgo de oligarquías locales. Todo ello constituye un riesgo para la seguridad mundial, ya que aumenta la probabilidad de conflictos armados."
"Este crecimiento inicuo es, además, insostenible a largo plazo. La teoría del crecimiento no tiene en cuenta los costes medioambientales. Las estadísticas oficiales ni siquiera los evalúan. Si lo hiciesen, quizá nos lleváramos más de una desagradable sorpresa, al comprobar que el PIB, lejos de aumentar, en realidad disminuye."
Y lo mejor: "Hacer sostenible globalmente nuestro modelo de desarrollo exige que esos países [desarrollados] apuesten por un estilo de vida más frugal. El éxito de sus políticas económicas no puede cifrarse en un incremento del PIB 'ad infinitum'. Hay que desterrar la idea de que consumo equivale a felicidad."
Y para terminar: "Y, de paso, acabar también con esa ética de un trabajo sin propósito, que equipara nuestro destino al del infortunado Sísifo. Es preciso reivindicar el ocio y la figura del 'homo ludens'. Si aparcamos los prejuicios culturales, veremos por qué ridículo puñado de absurdas fruslerías estamos renunciando a esa vida de holganza, que tanto anhelamos en nuestro fuero interno."
Me quedo con lo último como gran motivación: para disfrutar de la vida no necesito grandes consumos, se puede disfrutar mucho el tiempo libre siendo un holgazán, ¡en el mejor sentido de la palabra!
Pero, ¿cómo nos enfrentamos a ese cambio de mentalidad en estos países "desarrollados"? Pues liberándones de mucho lastre, cambiando nuestro modelo de educación. Aquí unas respuestas en una entrevista a Koldo Saratxaga, un gurú del cambio que es muy radical, tal y como se debe ser cuando las cosas vienen mal pintadas:
"¿Por qué te preocupa tan especialmente el tema de la educación? Desde pequeños se nos cortan las alas. Desde los siete años ya se nos impone una forma de estar en el mundo. En el aula no vemos más caras que las del profesor, sólo vemos las espaldas, las cabezas y las nucas de los compañeros. No vemos sus ojos, no los vemos de frente. De esta forma no tenemos ocasión de encontrarnos, de compartir, de dialogar con ellos o ellas. Llegamos a adultos y no sabemos interactuar. No sabemos comunicar desde las tripas.
Tristemente la educación se ve limitada a textos para aprender un examen. La educación no se puede reducir al aprendizaje de unas asignaturas predeterminadas, impartidas por un profesor treinta años mayor que el alumno, sin que medie comunicación. Si en la sociedad falta interactuación y cooperación, es porque ya la educación se diseña de esa forma.
¿Has batallado también en este ámbito? ¿Cómo vamos a ser creativos, si no sabemos lo que es la libertad? Yo no quería notas para mis hijas en la ikastola, yo quería saber si mis hijas eran felices en ella, si marchaban de casa con ilusión. No nos dejan volar. Ahora estoy preocupado con mis nietas.
No nos han educado a relacionarnos. Ahora llegan los reyes del marqueting y nos llevan como quieren a la locura del consumo, porque así, en esa pasividad, hemos sido marcados desde pequeños."
Sin avisar, me fuí de vacaciones, y después de unas semanas sin tocar "casi" el ordenador, hay bastante sustancia para compartir... hasta el punto de que voy a crear la etiqueta "shibumi" en el blog.
¿Qué es "Shibumi"? Bueno, este término, en japonés viene a significar según San Wikipedia "word which refers to a particular aesthetic of simple, subtle, and unobtrusive beauty", pero en este caso me refiero al título de una novela del escritor norteamericano Trevaniana (pseudónimo).
Se da la casualidad de que leí la novela hace ya un tiempo, allá por el año 1993-1994, cuando vivía en Karlsruhe y me lo prestó mi buen amigo Eduardo. Por aquel entonces la leí muy a gusto y me dejó la sensación tan buena de que un libro se releerá en el futuro. Lo que no me imaginé es que volvería a leerla con un punto de vista nuevo y mucho más cercano. ¿Por qué?
Bien, os daré una serie de palabras que resumen telegráficamente el contenido de la novela:
Espías
Japón
Euskadi
Go
Filósofos guerreros vs. mercaderes
Hace 15 años, el hecho de ver que un norteamericano unía temas diferentes como los que acabo de citar, me resultó muy atractivo. Pero ahora, al releerlo he encontrado muchas joyas que quiero ir compartiendo con vosotros al respecto de todos esos temas.
El resumen de la novela la podéis leer en ingles en Wikipedia o en este link.
Para empezar con mis comentarios y citas al respecto, me centraré en la parte que corresponde al go. El go es el juego que ayuda a saber interpretar la vida al personaje principal de la novela, Nicholaï Alexandrovich Hel. A través del go, Hel aprende en su adolescencia a desarrollar la parte poética de su persona.
Ya antes de comenzar, el libro está estructurado en una serie de capítulos que tienen como título el nombre de una jugada de go:
Fuseki (布石): apertura de una jugada cuando se toma en consideración todo el tablero.
Sabaki (捌き): intento de resolver una situación difícil de un modo rápido y flexible.
Seki (セキ): posición neutral en que ninguno de los jugadores tiene ventaja.
Uttegae (打手返し, utte-gaeshi): lance de un sacrificio.
Shicho (シチョウ): ataque acelerado
Tsuru no Sugomori: "El confinamiento de las grullas en su nido", maniobra elegane con la captura de las piezas del contrario.
Las referencias al go son múltiples en el libro. Voy a sacar las tres primeras:
Cualidades de un jugador de go: "Naturalmente, uno ha de tener concentración. Audacia. Autocontrol. Todo eso ya se comprende. Pero es más importante que uno tenga... no sé cómo explicarlo. Se ha de ser al mismo tiempo matemático y poeta. Como si la poesía fuese una ciencia; o las matemáticas, un arte. Se ha de ser lo suficientemente aficionado para poder jugar bien al go."
Go ke (碁笥; cuencos con piedras de go) "Dentro de la frágil caja de sándalo, [...] había dos go ke de laca negra, con incrustaciones de plata según el método Heidatsu. En las tapas de los cuencos se adivinaban casas de té, envueltas en la bruma anidada en las orillas de lagos insinuados. Dentro de un cuenco estaban las piezas negras de Nichi de kishiu. En el otro, las piezas blancas de concha de molusco miyazaki... lustrosas, curiosamente frías al tacto bajo cualquier clima.
Definición relativa del go "La relación entre el go y el ajedrez es igual a la relación que pueda haber entre la filosofía y el comercio de libros". Nota: más adelante se verá cómo Trevanian no opina muy bien al respecto del comercio y el mercadeo.
Ah, gracias Manu-San por el libro. ¡Te lo devolveré en breve!
Ah, last but no least, unas notas respecto a la lacra que sufre desde hace 50 años el País Vasco.
Partiendo del blog de "supergedanken" anterior he recalado en el de Mario Conde, que se convertido en un ser bastante espiritual y escribano, al parecer. Lo voy a seguir durante una temporada, a ver. Bien, lo que iba. Conde hace una reseña al último atentado de ETA y transcribe un artículo de Isabella Di Carlo en el que se dice lo siguiente, que me ha gustado mucho:
"La solución llegará cuando asumamos el protagonismo sobre la vida y la defendamos; la defendemos conquistando la no-violencia, la defendemos sembrando la paz. La irresponsabilidad, la indiferencia, el egoísmo, la corrupción son todas ellas formas de violencia, balas que dan el blanco, ganadas que dispersan su efecto en un radio tan amplio que no pueden fallar, que ciertamente no fallan."
Nos quedamos con las descripciones 1-3: dejación voluntaria, desistimiento, prescindir.
Para ver que algo nos sobra, que no lo necesitamos, tiene que venir de dentro. No puede ser algo que simplemente hacemos mecánicamente. Y si no me equivoco, hoy en día, sacar cosas de adentro, con un poco de reflexión o dejándonos iluminar por la sabiduría de otros, no está de moda.
A continuación unos vídeos para reflexionar sobre nuestro futuro y del porqué entrenar en la renuncia: La fábula del "gran reset" (de las 3 posibles opciones de futuro, creo que ahora estamos en la que se cita como "Wounded beast" (bestia herida"; 1:49 del vídeo), con continuas burbujas que van explotando.
Cómo evolucionan los páises que vienen:
Leyendo un blog sobre innovación he encontrado la siguiente cita para la reflexión y que enlaza con el tema de la renuncia: ¿De qué nos serviría ganar el mundo, si perdemos nuestra alma? Buscando algo más de información al respecto de esta cita, he encontrado un blog que es de "supergedanken", bastante más filosófico que este, pero muy correcto.
En resumidas cuentas, y dicho en formato aizkolari: "afilemos de vez en cuando nuestro hacha, que si no, igual no cortaremos nada". O si lo preferís, vuelvo al formato clásico, ya citado anteriormente, que también nos avisa de los peligros terrenales y nos alienta a mantenerlos en un sano equilibrio.